Mi baby favorita.

 


Hola amigos les voy a contar algo, espero que les guste.
Miriam era la chica que todo hombre quisiera tener, parecía sacada de un calendario, pelo rubio oxigenado, bonita cara, cuerpo bien tonificado, tetas grandes y redondas, trasero pulido en el gimnasio, era perfecta.
Con ella hacia mucho que no hablaba, ya que en el pasado cometí una serie de errores que llevaron a esta situación, pero yo se que aun sentía algo por mi por la forma en que me miraba y por lo nerviosa que se ponía.
Los dos trabajábamos en la misma empresa y nos toco ir a nuestra sección a Santo Domingo como representantes, entonces yo empecer a preparar un plan para poder cumplir mi fantasía con ella, pero a falta de tres días para regresar me empecé a decepcionar ya que no me pude ni acercar a ella, esa misma noche se hizo un esguince en el tobillo, yo la ayude a caminar, sin querer le toque una teta, ella me sonrió, llegamos al ascensor del hotel, ya que su habitación estaba en el ultimo piso, nos montamos junto a tres personas, pero de repente empezó a llenarse de gente, Miriam se coloco de espaldas a mi, su culo me rozaba mi paquete, así que mi pene en seguida se puso bien arriba, con mi mano roce su culo, ella ni se inmuto así que empecé a acariciarlo con mi mano, ella no hacia nada para impedirlo, así que supuse que le gustaba, en el reflejo de la pared del ascensor la pude ver sonriendo, de repente empezó a mover su culo como si estuviéramos en pleno acto sexual, llegamos a su habitación, ella abrió la puerta y entro y sin dejarme abrir la boca me dijo que entrara de una vez que se estaba quedando fría, me empujo a la cama y me empezó a desnudar, yo hice lo mismo con ella teniendo cuidado de no golpear su tobillo dañado, hicimos un 69 brutal, me dijo que llevaba mucho tiempo deseando esto, que lo había pasado muy mal ya que nunca había dejado de quererme, yo le dije que se relajara que lo iba a disfrutar y ella accedió,  la puse en la posición del misionero y al colocarle el pene en la vagina ella me abrazo fuerte y me dijo que le volvería a hacer gozar que hacia mucho que no disfrutaba del sexo, yo me emocione y empecé a follarla duro, ella gemía mientras yo no paraba de penetrarla hasta que llegamos a la vez, era el polvo soñado con la mujer soñada, a partir de ese día ya no volvimos a separarnos.


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